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Joven familia con aroma de café

Alison Belén, Yusset Libet y Wilmer Otoniel

Yusset sonríe mientras prepara el café y el gallopinto para los mozos. Wilmer Otoniel, en cambio, va muy serio a dar el rondín de todas las mañanas a su plantación de café, acompañado de su hija Alison Belén. La pequeña de cuatro años que no se le despega para nada.

Yusset y Wilmer son de Pantasma, pero tienen cinco años de haberse trasladado a Los Encuentros, en la comunidad de Los Anisales: exactamente en la frontera entre San Rafael, Yalí y Pantasma.

Para este joven matrimonio cinco años han sido suficientes para construir su propia historia de éxito.

Wilmer Otoniel y sus mascotas Donky y Cocoa

Él mismo Wilmer Otoniel relata su experiencia:

«Cuando llegamos aquí a la zona de Los Encuentros, los vecinos nos decían que estos suelos no eran aptos para el cultivo del café, porque a ellos no les daba bola.

«Y efectivamente a nosotros nos pasó lo mismo cuando llegamos y sembramos las primeras hectáreas: las plantas botaban las hojas, los granos se abortaban y sufríamos con las infaltables bacterias. Entonces preocupados, íbamos y consultábamos a distintas personas conocedoras y no nos daban razón de qué podría ser.

»Pero nosotros somos de mente abierta. Buscamos soluciones. No nos quedamos en el problema. Y así fue como llegamos a conocer MICOSAT. Lo aplicamos y ahí sí vimos el cambio pues pasamos a cosechar entre 95 y 100 quintales por manzanas: buenísimo».

Wilmer Otoniel Gadea Rivera, tiene veintisiete años, es ingeniero agrónomo; y habla con la sabiduría y seguridad de un hombre de más edad. Y esto se comprende mejor después de saber que lleva trabajando en café desde los dieciséis años.

«Me encanta trabajar el café» dice con admirable facilidad de palabras.

Ingenieros Eliar Rizo de PROFYSA y Wilmer Otoniel Gadea

«Es que uno pasa entretenido todo el tiempo y además, es un cultivo muy generoso: da de comer a muchas personas en esta zona de Los Encuentros.

«MICOSAT es un producto excelente». Continúa diciendo Wilmer Otoniel. «Varios caficultores de la zona han visto los resultados y ya lo están aplicando».

«Yo se lo recomiendo a cualquiera porque es un producto de gran beneficio tanto para la planta cómo para el suelo.

»Porque hoy en día tenemos suelos desgastados por el mal uso. Sin embargo, con este producto el suelo se recupera y se protege en gran manera. Es como si se curara de milagro. Viera usted cómo se incrementa el sistema radicular después de aplicar MICOSAT F UNO» dice.

«No nos podemos quedar diciendo que el suelo no sirve. Hay que buscar la manera de cómo salir adelante. Invertirle. Ponerle mente».

Wilmer aplica MICOSAT F UNO dos veces al año: en marzo y en agosto. Cinco kilogramos por manzana.

«Se diluyen 2.5 kilogramos por barril y luego aplicamos a cada planta 100 cc al drench» explica.

«Gracias a MICOSAT, como ven, tenemos una finca nueva. Frondosa, verde. Con excelente floración y gran pegue».

Wilmer Otoniel Gadea y Yusset Libet Montenegro esperan con ilusión la llegada de su segundo hijo.

«Tenemos esperanza y fe en el futuro porque tenemos una finca nueva y sana gracias a MICOSAT». Finaliza Wilmer Otoniel sonriendo y disponiéndose a sorber una humeante taza de café cultivado en su finca de Los Encuentros.

La historia de éxito de Wilmer Otoniel y su familia

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