Quería ser médico, pero se le quitó la idea

Ing. Samuel Palacios Escobar

Soy Samuel Palacios y nací en Los Cerritos, Jinotega.

Quiero contarles que cuando yo estaba chavalo quería ser doctor porque me llamaba la atención eso de curar a la gente. Entonces yo miraba las dificultades de los habitantes de la zona de Los Cerritos y Namanjí con las enfermedades. Y es que cuando alguien se ponía mal, había que buscar cómo llevarlo a San Rafael, y pues, a mí se me figuraba que en ese trayecto el enfermo se podía morir.

Entonces yo me decía: «un médico aquí sería de gran ayuda para todos».

Pero ya después con el paso del tiempo, y conforme fui creciendo, se me fue quitando la idea de ser doctor. Entonces pensé en estudiar ingeniería agronómica, y bueno, el resto es historia: logré graduarme de ingeniero.

En realidad todo cambió desde que empecé a ayudar a mi padre a labrar la tierra. Y ahí fue la revelación: aunque el trabajo en el campo era duro a mí me brindaba una satisfacción desconocida. Luego comprendí que era cosa de vocación. 

Quizás el efecto de ver que los frutos de mi sudor ayudaban al sustento de mi familia, hizo que me olvidara de la noble profesión de la medicina.

Hoy día tengo veintiséis años, y aunque me sigue gustando la medicina, por nada del mundo dejaría de trabajar la tierra.

Antes sembrábamos cebolla. Sin embargo, este año nos ha ido muy bien con la chiltoma. Estamos teniendo una gran cosecha. Y la verdad es que estamos encantados porque una vez más hemos tenido una gran ayuda de los productos MILAGRO de PROFYSA.

Productos MILAGRO

Hemos hecho aplicaciones de Albamin, Kalex, Enraizador, Oligomix, Mi Potasio, Engordador, Foliar Plus, Boramide, Lonite Humus, Activa, MICOSAT F1 y solubles. Todo en tiempo y forma, y el oportuno asesoramiento de los ingenieros Alí y Jorge de PROFYSA

Mi padre, Ernesto de Jesús Palacios, es un señor de experiencia en esto de las hortalizas. Y tanto a mí, como a mi hermano Abraham, que también es agricultor, nos dice: «Muchachos, sean inteligentes, busquen productos de resultados. No se dejen dar vuelta con productos no confiables».

Y nosotros tratamos siempre de hacerle caso porque él tiene la voz de la experiencia.

Acá en Namanjí y en Los Cerritos, los agricultores utilizamos los productos MILAGRO y MICOSAT.

Haga la prueba, vaya y pregunte y casi todos le van a decir lo mismo: «En Namanjí todos aplicamos Milagro».

Es que para tener una buena cosecha es preciso trabajar inteligentemente; tomar buenas decisiones.

Y las buenas decisiones empiezan con MILAGRO y MICOSAT.

Finalmente quiero decir que debemos seguir adelante, siempre alentándonos para continuar en la lucha.

Testimonio de Ing. Samuel Palacios Escobar
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En Nicaragua: fábrica natural de raíces

Una foto. Un pedazo de suelo. Una parcela de café a cargo del Ing. Wilmer Gadea en Los Encuentros, Jinotega.

A simple vista la imagen es increíble: un cúmulo sorprendente de raíces níveas y rosáceas sobresalen a flor de tierra.

Ante la imagen uno se pregunta:

¿Es posible que unas plantas que hasta hace poco botaban las hojas por el efecto de hongos y bacterias ahora estén reverdecientes y revividas?

¿Cómo fue que un suelo compactado y con problema de acidez se convirtió en una descomunal fábrica de saludables raíces?

Pues gracias a la tecnología de MICOSAT F, una descomunal fábrica natural de raíces que se ha venido inoculando en los suelos de Nicaragua desde hace más de tres años.

Pero ¿qué es MICOSAT F?

MICOSAT F es un consorcio de microorganismos benéficos que a través de un proceso de vinculación, establecen una relación de beneficio mutuo con la planta.

¿Y esto cómo sucede?

A través de un intercambio o simbiosis: el hongo recibe sustancias energéticas, y la planta, por su lado, absorbe elementos que la nutren y protegen.

Un dame que te doy.

Una compensación recíproca entre la planta y los microorganismos. La planta le da sustancias energéticas a estos microorganismos, y estos a su vez, le regalan a la planta un mayor contribución nutricional. Este enlace funcional se denomina micorriza.

En los departamentos de Jinotega, Matagalpa, Nueva Segovia y Madriz, un buen número de agricultores han apostado al uso y aplicación de MICOSAT F, en sus cuatro productos: MISCOSAT SEMI,  MICOSAT F UNO, MICOSAT LEN y MICOSAT TAB PLUS.

Y los resultados han sido excelentes. Los cafetales y plantaciones afectadas van renaciendo y las cosechas abundantes dan fe de los beneficios de MICOSAT F.

Este producto aumenta la tolerancia al estrés, previene enfermedades radiculares, optimiza el uso de fertilizantes, aumenta los antioxidantes en los productos de la cadena agroalimentaria, y ayuda a recuperar los suelos desgastados y pauperizados.

MICOSAT F es el fruto de años de investigación de los científicos de laboratorios CCS Aosta de Milán, Italia.

Son productos totalmente orgánicos, biológicos e idóneos para la agricultura armónica. Y por completo inofensivos para el medio ambiente.

En hora buena. ¡La fábrica de raíces MICOSAT F se ha instalado en Nicaragua!

Y llega de la mano de PROFYSA, Futuro y Vida.

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Víctor Fornos: enamorado de la caficultura

Víctor Fornos y su pequeña

El más joven de los Fornos, es un ingeniero civil que actúa y habla con la propiedad de un caficultor de cepa.

Cómo buen descendiente de una estirpe dedicada al cultivo del grano de oro, Víctor reconoce la importancia de su padre y de su abuelo en su formación como caficultor, de ellos aprendió los secretos del oficio.

De treinta y un años de edad, Víctor Ramón Fornos Rugama de La Estrella, Yalí, Jinotega, ya puede jactarse de tener su propia historia.

«Comencé siguiendo los pasos de mi padre. Luego me fui a estudiar. Me gradué, trabajé en mi carrera, pero un día el gusanito de la caficultura me hizo volver. Y aquí estoy».

Recién cumplidos los veintitrés años, Víctor regresó a La finca Flor de Café en la comunidad de La Estrella y poco a poco, y no sin esfuerzo, fue haciéndose de sus propias parcelas. 

Ingeniero Víctor Fornos con el ingeniero asesor PROFYSA Eliar Rizo

En un comienzo eran dos manzanas. Ahora suma diez. Aun así, los problemas no han faltado.

«Hace un tiempo me preocupé mucho al ver que una parcela nueva la teníamos en ruinas». 

Según Víctor, la parcela presentó diversos problemas: hongos, bacterias, plantas desfoliadas y pérdida de crecimiento.

Entonces comenzó a pensar como hacer. Y fue cuando se encontró con el vídeo de don Luis Castillo en la página de Facebook de PROFYSA.

El testimonio de don Luis contando su experiencia con MICOSAT, convenció a Víctor de seguir el camino de los microorganismos.

«Apliqué MICOSAT F UNO a la raíz. Y ahí nomás el  café comenzó a mejorar». 

Las plantas recuperaron turgencia, color y sanidad. Y aparte del buen crecimiento y maduración, no hubo granos chasparriados. Eso permitió que a la hora de la cosecha y el lavado, el rendimiento fuera mejor, pues ya no hubo carencia de mucílago en el grano.

Según Víctor el efecto de MICOSAT es cien por ciento efectivo. 

«Usted lo puede ver en la cantidad, en la longitud, y en el blanco reluciente de las raíces».

La dosis de MICOSAT F UNO es 2.5 kilogramos por barril. Aplicados al drench en la raíz.

Además de MICOSAT Víctor aplicó ALBAMIN, ACTIVA, FOLIAR PLUS, KIFORCE y PROMET COBRE contra las bacterias. Todos productos MILAGRO.

Víctor Fornos, quien asegura estar enamorado del cultivo del café, se enorgullece de su espíritu curioso. A él no le gusta que le cuenten cuentos; sino que prefiere ir probando los productos. 

Y sonriente y con optimismo concluye:

«No hay duda que con MICOSAT mi café tiene futuro. Voy a tener suelos sanos, me va a aumentar mi cosecha, y por ende, [todo eso] me va a ayudar a mi estabilidad económica».  

Víctor Fornos Rugama y su historia MICOSAT
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Joven familia con aroma de café

Alison Belén, Yusset Libet y Wilmer Otoniel

Yusset sonríe mientras prepara el café y el gallopinto para los mozos. Wilmer Otoniel, en cambio, va muy serio a dar el rondín de todas las mañanas a su plantación de café, acompañado de su hija Alison Belén. La pequeña de cuatro años que no se le despega para nada.

Yusset y Wilmer son de Pantasma, pero tienen cinco años de haberse trasladado a Los Encuentros, en la comunidad de Los Anisales: exactamente en la frontera entre San Rafael, Yalí y Pantasma.

Para este joven matrimonio cinco años han sido suficientes para construir su propia historia de éxito.

Wilmer Otoniel y sus mascotas Donky y Cocoa

Él mismo Wilmer Otoniel relata su experiencia:

«Cuando llegamos aquí a la zona de Los Encuentros, los vecinos nos decían que estos suelos no eran aptos para el cultivo del café, porque a ellos no les daba bola.

«Y efectivamente a nosotros nos pasó lo mismo cuando llegamos y sembramos las primeras hectáreas: las plantas botaban las hojas, los granos se abortaban y sufríamos con las infaltables bacterias. Entonces preocupados, íbamos y consultábamos a distintas personas conocedoras y no nos daban razón de qué podría ser.

»Pero nosotros somos de mente abierta. Buscamos soluciones. No nos quedamos en el problema. Y así fue como llegamos a conocer MICOSAT. Lo aplicamos y ahí sí vimos el cambio pues pasamos a cosechar entre 95 y 100 quintales por manzanas: buenísimo».

Wilmer Otoniel Gadea Rivera, tiene veintisiete años, es ingeniero agrónomo; y habla con la sabiduría y seguridad de un hombre de más edad. Y esto se comprende mejor después de saber que lleva trabajando en café desde los dieciséis años.

«Me encanta trabajar el café» dice con admirable facilidad de palabras.

Ingenieros Eliar Rizo de PROFYSA y Wilmer Otoniel Gadea

«Es que uno pasa entretenido todo el tiempo y además, es un cultivo muy generoso: da de comer a muchas personas en esta zona de Los Encuentros.

«MICOSAT es un producto excelente». Continúa diciendo Wilmer Otoniel. «Varios caficultores de la zona han visto los resultados y ya lo están aplicando».

«Yo se lo recomiendo a cualquiera porque es un producto de gran beneficio tanto para la planta cómo para el suelo.

»Porque hoy en día tenemos suelos desgastados por el mal uso. Sin embargo, con este producto el suelo se recupera y se protege en gran manera. Es como si se curara de milagro. Viera usted cómo se incrementa el sistema radicular después de aplicar MICOSAT F UNO» dice.

«No nos podemos quedar diciendo que el suelo no sirve. Hay que buscar la manera de cómo salir adelante. Invertirle. Ponerle mente».

Wilmer aplica MICOSAT F UNO dos veces al año: en marzo y en agosto. Cinco kilogramos por manzana.

«Se diluyen 2.5 kilogramos por barril y luego aplicamos a cada planta 100 cc al drench» explica.

«Gracias a MICOSAT, como ven, tenemos una finca nueva. Frondosa, verde. Con excelente floración y gran pegue».

Wilmer Otoniel Gadea y Yusset Libet Montenegro esperan con ilusión la llegada de su segundo hijo.

«Tenemos esperanza y fe en el futuro porque tenemos una finca nueva y sana gracias a MICOSAT». Finaliza Wilmer Otoniel sonriendo y disponiéndose a sorber una humeante taza de café cultivado en su finca de Los Encuentros.

La historia de éxito de Wilmer Otoniel y su familia
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Eliezer y el oficio más bello del mundo

Fue un día de invierno del año 2012 cuando Eliezer siguiendo el ejemplo de su padre se entregó a tiempo completo al oficio más bello del mundo: hacer producir la tierra.

Hoy recuerda ese día como si fuera ayer.

Ahora su padre ya no está. Se ha marchado para siempre. Pero Eliezer Antonio Ortíz Cruz guarda respeto y agradecimiento por los valores y enseñanzas que él le dio. Y entre esas enseñanzas, la más significativa, según dice, fue la constancia; nunca dejarse arrastrar por el desánimo ni la pereza.

Hoy Eliezer, un joven agricultor de La Rinconada, La Concordia, está feliz y orgulloso de lo que ha logrado. Su manzana y cuarto de tomate dan fe de que supo asimilar los consejos de su padre. Su parcela reboza verdor y sanidad. Y lo mejor: está cargada de tomates. 

Eliezer es un joven de poco hablar. Pero cuando lo hace es categórico. Agradece a Dios las bondades que le ha dado a él y a su familia. Pero es enérgico al afirmar que ha sido de gran importancia las aplicaciones de los productos Milagro y Micosat de PROFYSA.

Según sus palabras, estos productos son tan útiles que ni la piensa para recomendárselos a sus amigos productores. Son productos buenísimos y módicos de adquirir.  Y para terminar agrega:

—Y vamos siempre hacia adelante, a ver hasta donde nos deja llegar el hombre (Dios).  

Los productos PROFYSA que aplicó Eliezer a su tomatera son: ACTIVA, ALBAMIN, AGROSANO, KIFORCE, SILIMAX, MICOSAT, LONITE HUMUS

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Chiltomas de felicidad en El Zapote

Son las once de la mañana y el ajetreo es intenso. Uno tras otro, muchachos y muchachas van saliendo del invernadero. Todos cargan baldes atestados de chiltomas que luego vacían sobre cajillas plásticas.

Al pie de las cajillas y muy atento, un señor moreno y sonriente, lápiz y libreta en mano, toma nota de cada balde que va llegando.

Estamos en El Zapote, una fértil comunidad ubicada muy cerca de San Marcos; una pequeña población entre Jinotega y San Rafael del Norte. 

Oneyda Palacios, San Marcos, Jinotega

Todo es formidable: el invernadero, la plantación, las montañas circundantes cubiertas de neblina, el clima templado y las exorbitantes chiltomas; todas verdes y luminosas.

También es impresionante el afán de una cuadrilla de mujeres y hombres de todas las edades, quienes con ánimo y destreza, participan del ritual: la recolección de chiltomas en la plantación de don Norvin Chavarría.

Sin dejar de poner atención al teje y maneje, don Norvin va relatando su aventura de agricultor de chiltomas. 

El Zapote, San Marcos, Jinotega

Según sus palabras, para tener éxito es primordial la disciplina en el trabajo. Estar atento a cada paso de la siembra; a los procesos y aplicaciones. Sin embargo hace énfasis cuando dice: «Para tener buenos resultados hay que invertir». Y luego, sin dejar de tomar anotaciones de los baldes de chiltomas que van llegando, relata la lista de productos MICOSAT y MILAGRO que aplicó.

MICOSAT-SEMI y F UNO, ACTIVA, MAGNESIO, PEGADOR, OLIGOMIX, CALCIO, ZINC, SOLUBLES, CALCIO-BORO, ZINC-BORO, son parte de la paleta de productos que aplicó don Norvin a sus chiltomas.

El resultado está siendo tan sorprendente que don Norvin está convencido que va lograr cortar unas doce veces en esta temporada. 

«Esta corta es apenas la tercera», dice don Norvin. Y luego agrega que está contento porque ve que el esfuerzo va rindiendo frutos. «Gracias a Dios todo va saliendo bien.» Concluye.

La plática termina. Don Norvin, aunque sonriente y jovial está apurado y debe continuar. 

Por entre las cajillas repletas de chiltomas, los muchachos bromean mientras posan para las fotos. Las muchachas también sonríen a la cámara. Todos se ven contentos.

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Lipululo, buen apio al sur del lago de Apanás

Lipululo es una de las ciento doce comunidades del municipio de Jinotega. Es una comarca enclavada entre lomas reverdecientes y frescas que se recuestan al sur del valle del Lago de Apanás.

Lipululo es fértil y agradecido. De ahí salen granos, hortalizas y vegetales que proveen los supermercados y mercados de todo el país. Zanahorias, repollos, elotes amarillos, tomates, chiltomas, apios y tanto más que alimentan miles de familias nicaragüenses.

En Lipululo vive gente noble y trabajadora que vive agradecida con Dios, con la naturaleza, y con la tierra que les ha tocado. Reconocen la bendición de vivir sobre un suelo fructífero que les retribuye el esfuerzo.

Don Álvaro Antonio Centeno Pineda es un joven productor de apio que venera y quiere la heredad de sus ancestros. ¿Y cómo lo hace? Pues mimando y consintiendo el suelo.

Y en ese trajín de buscar lo mejor para mimar su tierra, fue que a don Álvaro le llamaron la atención unos testimonios en video que vio en Facebook. Testimonios de productores responsables exponiendo los excelentes resultados de los productos agrobiológicos MICOSAT. Entonces sin pensarla mucho se comunicó con un asesor PROFYSA.

Y lo que ocurrió después lo tiene muy satisfecho.

Según sus propias palabras, este año espera grandes réditos, pues la lozanía y sanidad del cultivo es notable. Y más impresionante todavía es la tremenda red radicular que han desarrollado cada una de las plantas.

Poniendo toda la confianza en MICOSAT, don Álvaro no tuvo reparo en aplicar el programa completo de MICOSAT para apio: MICOSAT SEMI, MICOSAT F UNO, MICOSAT LEN y MICOSAT TAB PLUS.

Y a buen tiempo lo hizo porque este año los productores de la zona han sufrido los embates de una enfermedad que todavía no se determina si es causada por un hongo o una bacteria. Un mal que pudre la base de la planta pero que esta vez no afectó el apio de don Álvaro.

Este joven y amable productor Lipululense, agradece a Dios y a MICOSAT que este año las cosas van por buen camino. Sobre todo, porque sabe que MICOSAT además de nutrir y prevenir enfermedades, regenerará su suelo.

Y agrega:

—Con MICOSAT la tierra se siente mimada.

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